Sin duda que la parte más humana, sensible y caritativa de un gobierno es la del DIF, porque la integración del núcleo familiar es la base fundamental para formar desde su niñez a hombres y mujeres con valores y que sean útiles para una sociedad que cada día es más plural y con mas diversidad de comportamientos.
El DIF es la parte de un gobierno en el que descansa el más noble y puro de los sentimientos en el ser humano y que debe ser un referente de bienestar, humanismo y comprensión hacia el próximo, tal y como lo pregona su presidenta y líder indiscutible de este importante brazo bondadoso del gobierno actual.
La Doctora Maria de Villarreal, quien desde su llegada a esta institución se dio a la tarea de cambiar, darle un nuevo rostro, una nueva imagen, y para ello dispuso y ordenó que desde sus entrañas hubiera un cambio del comportamiento humano, un cambio para servir, no servirse y menos del dolor de nuestro próximo, de nuestros hermanos, como lo es la gran familia DIF en Tamaulipas.
Y es precisamente esta familia que compone el sistema para el bienestar familiar quienes lanzan un nuevo grito de auxilio y desesperados denuncian comportamientos negativos y con un alto grado de perversidad humana en un departamento que en los últimos meses ha sido referente de abusos y malos tratos, tan solo porque no están de acuerdo y en anteriores ocasiones han denunciado anomalías en el quehacer y comportamiento de su jefe y Coordinador en turno.
La herencia de la maldad humana, como fue el gobierno anterior se coló hasta las entrañas en el departamento de Atención a Migrantes en la persona de Ricardo Leos Pantoja, quien deslumbró con su servilismo a sus nuevos jefes para quedarse en el engranaje de este instituto de servicio social en donde ahora grita, humilla y hasta hace llorar a quienes debe mandar y ordenar con humildad y caballerosidad.
Desde este departamento, -Centro de Atención y Protección a Migrantes-, donde Leos Pantoja es su Coordinador, sus trabajadores, hombres y mujeres se quejan y denuncian una serie de comportamientos no acordes para quien debería servir con humanismo, como es el sello de este gobierno del Dr. Ámerico Villarreal Anaya, para quien los trabajadores hacen un llamado para que se corrijan estas anomalías.
Para nadie de los que ahí trabajan es desconocido también su comportamiento con migrantes a los que tiene la obligación de atender y no lucrar con su desgracia, porque son seres humanos que por necesidad buscan nuevos horizontes y es la orden gubernamental y presidencial de atenderlos y no violentar sus derechos, además es una ley establecida para la protección sobre todo de niñas, niños y adolescentes.
Afirman, sin comprobar y así lo hicieron saber a este medio de comunicación, que hasta en Derechos Humanos hay denuncias de mujeres migrantes del comportamiento abusivo y lujurioso de este mal servidor público y piden que tanto Geancarlo Bonetta Cavazos y su Presidenta María de Villarreal tomen cartas en este asunto.
Las y los demandantes, -quienes pidieron ocultar sus identidades- por razones obvias, manifestaron que Leos Pantoja, es un funcionario que heredado del pasado gobierno panista y que se ufana con tener muy buena relación con altos directivos, por lo que abusa de su puesto con los trabajadores de menor jerarquía.
Mencionaron también que después de que perdiera su candidato que era el “Truco”, en donde participó abiertamente en su campaña, chapulineó y con su habilidad trepadora se las ingenió para que el Director General y de Sistemas lo designara en el Instituto de Migrantes en donde ya trae a todos en su contra.
Es urgente que la Doctora y Presidenta Maria de Villarreal intervenga y ponga en su lugar a este servidor público, antes de que manche la buena imagen de una institución que integra a lo mas sangrado y noble que es la familia.